Pablo Picasso creó este retrato en marzo de 1932 .
Se trata del retrato de Marie-Thèrése Walter, su amante en los años treinta.
Se puede apreciar su manera de no tomar como referencia lo natural y no sujetarse a ninguna regla , expresando la subjetividad y su mundo interior.
El centro de interés está claramente compuesto por la figura de la mujer . Su rostro está dividido en dos, mitad sol y mitad luna. La imagen que el pintor muestra en el espejo está distorsionada.
Utiliza colores cálidos como el amarillo, naranja y rojo mezclados con colores fríos como el azul y el verde.
Me ha parecido un cuadro muy moderno lleno de figuras geométricas y me transmite alegría al ver tantos colores brillantes.
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